Biblia Viva

...la Biblia de Jerusalén

I Tesalonicenses 2, 1-11

1 Bien sabéis vosotros, hermanos, que nuestra ida a vosotros no fue
estéril,

2 sino que, después de haber padecido sufrimientos e injurias en
Filipos, como sabéis, confiados en nuestro Dios, tuvimos la valentía
de
predicaros el Evangelio de Dios entre frecuentes luchas.

3 Nuestra exhortación no procede del error, ni de la impureza ni con
engaño,

4 sino que así como hemos sido juzgados aptos por Dios para
confiarnos el Evangelio, así lo predicamos, no buscando agradar a
los
hombres, sino a Dios que = examina = nuestros = corazones. =

5 Nunca nos presentamos, bien lo sabéis, con palabras aduladoras, ni
con pretextos de codicia, Dios es testigo,

6 ni buscando gloria humana, ni de vosotros ni de nadie.

7 Aunque pudimos imponer nuestra autoridad por ser apóstoles de
Cristo, nos mostramos amables con vosotros, como una madre cuida con
cariño de sus hijos.

8 De esta manera, amándoos a vosotros, queríamos daros no sólo el
Evangelio de Dios, sino incluso nuestro propio ser, porque habíais llegado
a sernos muy queridos.


9 Pues recordáis, hermanos, nuestros trabajos y fatigas. Trabajando
día y noche, para no ser gravosos a ninguno de vosotros, os proclamamos
el Evangelio de Dios.

10 Vosotros sois testigos, y Dios también, de cuán santa, justa e
irreprochablemente nos comportamos con vosotros, los creyentes.

11 Como un padre a sus hijos, lo sabéis bien, a cada uno de vosotros